El cáncer de la piel es una enfermedad en la que se encuentran células cancerosas en las capas exteriores de la piel. El signo más común del cáncer de la piel es un cambio en su aspecto. El prurito (picor), el sangrado, o los cambios en lesiones preexistentes son signos que pueden orientarnos hacia su diagnóstico. No todos los cambios en la piel significan que se tiene cáncer; sin embargo, se deberá ver al médico cuando note alguno. Las personas de piel más blanca que hayan pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares, son más propensas a padecer estas lesiones.
El tipo de cáncer de piel más frecuente es el no-melanoma (basocelular y espinocelular). El melanoma es menos común, pero mucho más grave, y puede diseminarse más rápidamente a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o de la sangre.
Entre las alternativas adecuadas en el tratamiento de un cáncer de piel, consideramos la exéresis quirúrgica el tratamiento de elección. Mediante una cuidadosa reconstrucción, nuestro equipo limitará las secuelas estéticas y funcionales de la extirpación oncológica, efectuando estudios de ganglio centinela, y vaciamientos ganglionares (linfadenectomías) en caso que fuesen necesarios.