La mesoterapia facial se utiliza para mejorar la textura, grosor y brillo cutáneo.
Diferentes aspectos faciales, como el daño producido por la exposición solar, las arrugas, la pigmentación irregular o las cicatrices de acné, pueden ser tratadas con técnicas no invasivas. Estos procedimientos pueden realizarse al mismo tiempo que otros procedimientos como la infiltración de ácido hialurónico o de toxina botulínica. Obtenemos resultados satisfactorios de forma poco traumática y agresiva.
Se inyectan pequeñas cantidades de polivitaminas, ácidos nucleicos, minerales, aminoácidos y coenzimas, cubriendo así las carencias que pudieran apreciarse en una piel envejecida. Esta técnica favorece una hidratación adecuada de la piel, y la recuperación de tejidos cutáneos desvitalizados y carenciales.